EL PREMIO NACIONAL DEL DEPORTE Y EL FUTBOL AMERICANO
Estamos en los tiempos de hacer propuestas para el premio Nacional del Deporte, y que bueno sería que en esta “Segunda Epoca del Fútbol Americano” como lo dijo una vez en este espacio PRIMERO Y GOL se propusiera a algún estudiante jugador y se aprovechara íntegramente la situación tan positiva por la que atraviesa nuestro deporte.
Este reposicionamiento del bello deporte de las tacleadas a nivel nacional, mucho se debe a la labor conjunta de las dos direcciones de Deportes tanto de la UNAM con el Lic. Alejandro Fernández y del IPN, con quien fue un buen promotor ahora en otras encomiendas el Dr. Antonio Vanegas, que han revivido hasta el Estadio Olímpico de la Ciudad de los Deportes.
Es muy estimulante para el aficionado a este deporte, que revistas de la importancia nacional como “Siempre”, que eminentemente política haya incluido en su página 35 de la edición de esta semana un artículo firmando por el connotado analista Carlos Ramos Padilla en donde cabecea su artículo como “ DE MARAVILLA” y se refiera al retorno de las familias al clásico Poli-Universidad.
Esta situación debe ser aprovechada para promover a alguien del mundo de jugadores/ estudiantes, que son los que merecen promoción y reconocimiento. Hay muchos que realmente sacrifican muchas cosas por enfundarse los colores de su institución y además de eso responden con excelencia a los requerimientos académicos, eso son lo que hay que ponderar y hacer que a nivel nacional se conozcan, en beneficio de ellos y de nuestro deporte.
Hay tendencias actuales a promover para este premio a un Head Coach, cuyos méritos tal vez no los pongamos en duda por sus logros nacionales e internacionales que ha obtenido, pero el ya es UN PROFESIONAL y que bueno que haya obtenido logros, pero a él ya le pagan por hacer su trabajo y si lo sabe hacer bien, pues que mejor.
Pero el PREMIO NACIONAL DEL DEPORTE debe ser aprovechado por el futbol americano y candidatear a alguien de cualquier institución de nivel superior que tenga los merecimientos académicos y deportivos para merecerlos y puede ser haya mil o que haya cinco, pero a esos hay que distinguirlos y no a un profesional.