La previa de la Semana 16 (en 3 partidos)
La Navidad llega a la NFL y lo hace con una jornada descomunal que nos va a ocupar durante cuatro días. Sí, esta semana, además del TNF, tenemos dos partidos el sábado, los del domingo y tres partidos después de que Papá Noel visite nuestras casas el 24 por la noche. El día de Navidad vamos a tener tres partidos para poder descansar tranquilos en el sofá después de haber atracado la nevera y habernos comido las sobras del domingo. La Semana 16 nos espera vibrante y emocionante, como lo es todo en esta competición.
Estamos ante dos equipos que no se rinden bajo ninguna circunstancia y que siguen ganando partidos a pesar de ir perdiendo efectivos cada semana. Los Houston Texans se presentaron en Nashville con su quarterback suplente y sin sus dos estrellas en el puesto de wide receiver. Sufrieron mucho, pero terminaron dándole la vuelta al partido cuando peor estaban. Por su parte, los Cleveland Browns han aceptado a Flacco como su nuevo Mesías ofensivo y el veterano quarterback parece haber rejuvenecido diez años. La amenaza del juego terrestre por parte de Ford hace que el play action funcione a las mil maravillas, dejando a receptores completamente abiertos por muchas zonas del campo, algo que Joe Flacco está sabiendo explotar.
La defensa de los Texans tendrá que volver a jugar a gran nivel para evitar que esto le haga daño. Su línea defensiva es capaz de jugar muy bien contra la carrera, y la secundaria ha crecido con la vuelta de Derek Stingley. Su duelo frente a Amari Cooper, como el probable de Pitre frente a Njoku, nos puede dejar momentos excepcionales en la tarde del domingo. Pero si hay que hablar de una clave concreta, nos tenemos que ir al otro lado del balón, donde la defensa de los Browns, y su coordinador defensivo Jim Schwartz, están dando verdaderos clinics.
Myles Garrett, para mí, es el claro favorito a Jugador Defensivo del Año. No veo a ningún jugador que esté ayudando más que Garrett a todo lo que ocurre cuando los Browns no tienen la posesión del balón. Su amenaza al quarterback es constante en el juego de pase, pero su juego contra la carrera no lo es menos. Además, Schwartz está consiguiendo generar mucha presión con esquemas muy complicados de descifrar por los quarterbacks antes de que se inicie el snap.
En la imagen de arriba, tenéis un ejemplo de esto que os estoy contando. Antes del snap, los Browns juegan con dos safeties profundos, cinco en la zona media y cuatro en la línea defensiva. Cuando el center le lanza el balón al quarterback, todo esto cambia. Uno de los cornerbacks y un linebacker entran al blitz junto a tres hombres de la línea defensiva. Los safeties rotan para convertir la cobertura en una de un solo safety profundo mientras el resto de jugadores caen en individual, con el línea defensivo que no ha ido al pass-rush convertido en el defensor del “hole” (medio de la defensa) y evitando el pase rápido a esa zona del campo. El quarterback no puede lanzar ahí y la presión llega inmediatamente porque la línea ofensiva se ha visto comprometida con las rotaciones post snap.
Schwartz intentará confundir al quarterback que sea de la partida en Texans. CJ Stroud, cuando estoy escribiendo estas líneas, sigue en el protocolo de conmociones, así que Case Keenum podría volver a ser el titular. Cualquiera de los dos debe tener lecturas nítidas de lo que se le viene encima, porque los Browns son expertos en generar turnovers, y eso es algo que, en un partido a vida o muerte, te puede costar muy caro.
No podemos estar catalogando a los Dallas Cowboys en relación al último partido que han jugado. No puede ser que sea un candidato a jugar en Las Vegas en febrero después de ganar a los Eagles y, una semana después, tras perder con Bills, vuelvan a ser un equipo del que no te puedes fiar y que no llegará a nada. Los de Jerry Jones son un buen equipo, que tanto en ataque como en defensa tienen muchísimo talento y que va a estar peleando hasta el final. No tengo ninguna duda de eso. Su encuentro frente a los Bills fue un horror, pero ya les hemos visto jugar mal y luego encadenar una racha de partidos con un nivel tremendo. Además, ahora mismo, hay pocos equipos con el empaque y estado de forma de Josh Allen y compañía.
Por su parte, los Miami Dolphins siguen su camino y quieren pelear por el seed 1 hasta el final. La inesperada derrota frente a los Titans, y la lesión de Tyreek Hill, generaba alguna duda de cara a su duelo frente a los Jets. Sin embargo, Tua Tagovailoa demostró desde el minuto uno que el equipo de Robert Saleh no iba a ser un problema para ellos. Sin Hill, la aparición de Waddle fue fundamental para seguir atacando verticalmente el campo y así permitir mover cadenas con cierta facilidad. Frente a los Cowboys, la probable vuelta de Hill se presenta básica para poder estirar en profundo a la secundaria de Dan Quinn y generar espacio en el medio para las rutas interiores del resto. Estas situaciones son las que deben evitar los Cowboys para no verse comprometidos en este lado del campo. Sin embargo, Mike McDaniel está gestionando muy bien el ataque vertical con el horizontal, por lo que es doble el peligro de esta ofensiva.
En la imagen de arriba, podéis ver como el head coach de los Dolphins va a estirar a la defensa horizontalmente, permitiendo un spot libre de defensores para una ruta interior de Tyreek Hill. Los Dolphins forman con tres receptores en el lado derecho y aíslan a Hill en el izquierdo. Justo antes del snap, Achane se mueve hacia el lado de Hill, provocando el movimiento lateral del cornerback y dejando un release limpio a Hill. Con el balón en las manos, Tua mueve al linebacker y suelta el pase, con gran anticipación, a la espalda de este, que es dónde va a aparecer Tyreek Hill para conseguir otro primer down.
Ya ha quedado claro que si la presión no le llega a Tua rápidamente, el quarterback maneja muy bien esos lanzamientos con anticipación en su primera o segunda lectura. Ahí, los Dolphins se muestran intratables, así que el equipo de Mike McCarthy debe encontrar la manera de tener más conectado en el partido a Micah Parsons de lo que lo estuvo frente a Bills. El game plan de Joe Brady fue extraordinario para minimizar el daño del pass-rush “vaquero” y a buen seguro que McDaniel se ha aprendido ese guion al dedillo. Estamos ante un partido descomunal y que puede dejar muchas dudas en el equipo que pierda, algo a lo que los Dallas Cowboys ya están mas que acostumbrados.
Como colofón a esta jornada navideña, Papa Noel no nos podía haber dejado un partido mejor. Se han hablado de otros partidos jugados durante esta temporada, pero llegamos a la semana 16 y este Niners-Ravens se coloca en la cima de todos ellos. Son los dos mejores equipos de cada conferencia, tienen la racha más larga hasta el momento de partidos ganados y se muestran intratables en sus últimos duelos. Son los mejores y, además, lo demuestran semana a semana.
Después del bye, los Niners han vuelto a mostrarse como el equipo duro que lo fue en el primer mes de competición. El ataque es un absoluto rodillo y facilita mucho el trabajo de una defensa que aún está en evolución. La llegada de Chase Young y la baja por lesión de Hufanga ha hecho que Steve Wilks, su coordinador defensivo, tenga que estar aún probando cosas para ver hasta dónde pueden llegar. El front seven sigue siendo estratosférico y pone en aprietos al quarterback rival de turno con facilidad. Para este partido se enfrentarán a un jugador distinto al resto y que genera situaciones complicadas para la defensa en cada snap. Lamar Jackson no tendrá los mejores números entre los jugadores de su posición, pero tiene los intangibles que hacen de él alguien imprevisible y que saca primeros downs dónde nadie más lo puede hacer. La misión de ese front será parecido al que ejecutaron frente a los Eagles. Aquel día, consiguieron sujetar a Hurts dentro del pocket y no permitirle generar juego en jugadas rotas. Esta debe ser la pócima para poder minimizar daños con Jackson.
Al otro lado del campo, la defensa de Ravens tiene un problema difícil de solventar. Christian McCaffrey suena en las quinielas para el MVP, aunque no es el único que puede hacer estallar el partido para los de Shanahan. Sin embargo, Baltimore tiene una pareja de linebackers que pueden moverse por el campo de manera excepcional e ir apagando fuegos a medida que vayan produciéndose. Su primera misión será cerrar los espacios para la carrera de los mineros.
Kyle Shanahan tiene muchos recursos para jugar por tierra, pero su centro vital son las carreras zonales por el exterior. Todas esas wide/outside zones son el núcleo por donde gira todo lo demás. Con Purdy debajo del center, el peligro del play action, con o sin roll-out, siempre está ahí, por lo que los defensores de la zona media no pueden equivocar sus lecturas y dejar expuesta su espalda, ya que ahí es donde aparecen Kittle o Aiyuk para generar big plays y primeros downs. Si Purdy le entrega el balón a McCaffrey a la mano en este tipo de carreras, este tiene tres opciones para atacar los bloqueos: por el exterior, jugando un corte por el gap B o hacer el cut back y atacar el medio. La misión de CMC es leer como se están ejecutando los bloqueos y por dónde tiene la mejor opción. Su visión y lectura de juego son excepcionales, por lo que la elección, en la mayoría de casos, termina siendo la correcta. Sin embargo, quiero que os fijéis en los bloqueos de sus líneas ofensivos cuando suben al segundo nivel y de cómo van sacando defensores de la ecuación para que el running back tenga camino libre.
Los Ravens van a necesitar un rendimiento fuera de lo común para evitar estos bloqueos y para cerrar gaps interiores con sus jugadores de línea defensiva. Si los Niners son capaces de asentar su juego de carrera, la balanza se inclinará hacia su lado.