MALAS NOTICIAS PARA JIMMY G
Los Raiders informaron que el jugador no pasó los exámenes físicos
La lesión en el pie izquierdo que obligó al quarterback Jimmy Garoppolo a someterse a una cirugía en marzo pasado disminuirá su capacidad para jugar en la temporada 2023, anunció este domingo su nuevo equipo, Vegas Raiders.
“El jugador también entiende que tal condición ha disminuido su capacidad para jugar futbol americano profesional y que continuar jugando puede resultar en el deterioro, agravamiento o nueva lesión de las condiciones existentes que hacen que el jugador sea físicamente incapaz de desempeñarse”, dice el contrato firmado entre Garoppolo y Raiders.
El Anexo “G” del contrato que pactó el quarterback con Las Vegas para jugar las temporadas 2023, 2024 y 2025 en marzo pasado fue dado a conocer este domingo por el sitio NFL Network.
En el acuerdo hay varias cláusulas críticas que ponen en peligro que el nacido en Arlington Heights, Illinois, hace 31 años pueda cumplir con los tres años señalados.
“Se ha informado al jugador que como resultado de dicha afección, correrá un mayor riesgo de sufrir más lesiones, síntomas que requerirán cirugía, discapacidad permanente, pérdida de movimiento y otros problemas relacionados con su pie izquierdo”, dice en la cláusula 2 del Anexo “G” del contrato.
El Anexo G es una renuncia y liberación. En el primer párrafo, la renuncia reconoce que, sin ella, Garoppolo no pasaría el examen físico del equipo “debido a una lesión preexistente y una fractura de la base del segundo metatarsiano en el pie izquierdo y que el club no entraría en un contrato de jugador de la NFL con el jugador”. Es la lesión que sufrió durante la temporada regular de 2022, abriendo la puerta para que Brock Purdy juegue.
En el segundo párrafo, Garoppolo reconoce expresamente y renuncia al riesgo de nuevas lesiones, incluida la posible “discapacidad permanente” al continuar su carrera. “El jugador también entiende que tal condición ha disminuido su capacidad para jugar fútbol profesional”, dice la exención, “y que continuar jugando fútbol profesional puede resultar en deterioro, agravamiento o nueva lesión de las condiciones existentes que hacen que el jugador sea físicamente incapaz de realizar los servicios que se requerirían del jugador por un contrato de jugador de la NFL”.
En el tercer párrafo, Garoppolo asume expresamente todos los riesgos de continuar jugando, a pesar de la condición.
En el cuarto párrafo, Garoppolo renuncia a todas las reclamaciones contra los Raiders, la liga y cualquier otra persona que pueda ser responsable de cualquier cosa relacionada con la condición.
En el quinto párrafo, Garoppolo acepta que cualquier disputa con respecto a si alguna lesión involucra las condiciones especificadas en la renuncia “se resolverá a discreción del médico del Club”, al tiempo que preserva la capacidad del jugador para buscar una segunda opinión.
El contrato preserva la capacidad del equipo de rescindir el acuerdo sin más obligaciones, “por cualquier motivo relacionado con la Renuncia y Liberación adjunta como Anexo G”. La renuncia se convierte en nula y sin efecto si en cualquier momento durante la temporada 2023, Garoppolo pasa un examen físico, está activo durante al menos un juego de temporada regular y no sufre una nueva lesión en su pie izquierdo de la manera descrita en el Anexo G.
Como se negoció originalmente, Garoppolo tenía un bono de firma de $ 11.25 millones y un salario base de $ 11.25 millones para 2023. La lesión en el pie resultó en que los Raiders eliminaran el bono de firma, y los $ 22.5 millones completos se convirtieron en salario base en 2023.
No obtendrá nada de eso hasta que pase un examen físico. Mientras tanto, los Raiders pueden cortarlo “por cualquier razón relacionada” con el Anexo G.
La eliminación de la bonificación por firma y la presencia de la Adenda G explica el retraso en la consecución del acuerdo. Y subraya la posibilidad de que Garoppolo nunca juegue para los Raiders, y que nunca le paguen un centavo.
